¡Hola! Hoy vengo a hablaros de un recurso del Photoshop sin el que no puedo vivir: los modos de fusión de capa.
No sé si estaréis familiarizados con el manejo de capas en Photoshop, si no, ya estáis tardando en darle cañita brava. Las capas son un objeto indispensable a la hora de realizar un montaje, éstas simulan hojas apiladas de acetato que nos permiten editar sin destruir las distintas imágenes que lo componen. Aquí tenéis una explicación larga, pero necesaria.
Y aquí, un vídeo bastante más clarito.
Los modos de fusión de capa son elementos que determinan la forma en que una imagen que se encuentra en una capa, se fusiona con la capa o capas inferiores. Gracias a esto, podemos combinar la capas de diferentes formas para crear efectos. Aquí tenéis una explicación sobre los distintos resultados que podemos conseguir con cada uno de estos modos.
Hay varias cosas para las que los modos de fusión son tremendamente útiles para editar una fotografía de cosplay: para añadir efectillos de fuego chisporroteante y para efectos más sutiles como iluminaciones suaves y texturizaciones. Quizás sean trucos muy toscos, pero a mi me funcionan.
Fuego y efectos chisporroteantes
Añadir efectillos a nuestras fotos es muchísimo más fácil de lo que parece. Ni siquiera hace falta recortar. Basta con utilizar una fotografía en la que el efecto (fuego, chispas, destellos, el famoso humo…) aparezca sobre fondo negro y fusionarla sobre el resto de la misma con el modo superposición lineal o aclarar. Estos efectos se pueden colocar en distintos planos de la fotografía para dar profundidad.
Luces suaves que se cuelan en la foto
Este efecto es muy útil para dar efectos ambientales a las fotografías y para crear una sensación de iluminación general. Para esto, yo suelo buscar “light leak” en google imágenes y salen un montón de iluminaciones distintas listas para copiar y añadir a la fotogafía. Lo colocamos en una capa sobre el resto de la fotografía, lo fusionamos en modo superposición, graduamos la opacidad al gusto del consumidor y ya veréis que ambientillo más majo.
Texturas
A veces da la sensación de que los elementos que hemos montado en la fotografía son cada uno de su padre y de su madre. Para solucionar este problema, a mi me resulta bastante útil buscar texturas en google y aplicarlas sobre la imagen final fusionándolas de distintas formas. Aquí apelo a vuestra creatividad y buen gusto para seleccionar el modo de fusión que más se adapte a vuestras necesidades. Si el tono de la textura no coincide con el de la foto, siempre podéis cambiarlo.
Bonus: dramatización
Para terminar de unificar el estilo de la fotografía y darle más fuerza, una vez esté terminada con sus efectos y todo, podemos duplicar la imagen resultante, escoger la capa superior, irnos a filtros>otros>paso alto, seleccionar un valor que haga destacar los rasgos, pero sin exagerar y sin llegar a ver colores. Entonces, sin salirnos de esa capa, nos vamos al modo de fusión luz intensa o luz fuerte, ajustamos la opacidad y, ¡ta channn! nos queda una foto más dramática.
Y con esto y un bizcocho, tenéis recursos para hacer cosas bastante chulas. Mi consejo a la hora de llevar a cabo estos procesos es que menos es más y atiborrar una fotografía de efectos no hace más que estropearla y hacerla desgradable a la vista. A veces es mejor tener buen gusto, que tener todos los conocimientos del mundo y hacer una plasta. Jugar con la opacidad es crucial para crear efectos sutiles, pero efectivos. Para mi lo ideal es que los efectos no distraigan del motivo principal de la imagen. Aunque sobre gustos no hay nada escrito.
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¡Gracias por leer!
