Cómo hacer unos lekkus de látex

¡Hola! Ayer, en la Japan Weekend, Sae, Sumyuna y yo estrenamos nuestros cosplays de twi’lek y lo pasamos fenomenal. ¡¡Gracias a todos los que os acercasteis a nuestro stand!! Así da gusto.

Gracias a Cameko Sam por la foto.

Como nuestros diseños son originales, no me planteé hacer ningún tutorial de la ropa de mi twi’lek, así que ni si quiera tengo fotos suficientes como para ilustrarlo. De lo que sí tengo es de los lekkus, QUE ES LO QUE VERDADERAMENTE IMPORTA.

Nos hicimos unos moldes para lekkus entre las tres, pero a mí me quedaban muy grandes porque soy una señora bajita y menuda con la cabeza pequeña. Así que, una semana antes de la convención me dio por hacerme los míos propios un poco más a mi gusto. Soy una neurótica de mierda, lo admito.

Pero bueno, los dos pares de lekkus han sido hechos exactamente de la misma forma y siguiendo este tutorial de Merian’s Closet que ya he mencionado más de una vez. Vamos, que no hemos inventado nada. Básicamente voy a explicar lo mismo que ella con mi jerga absurda.

¡Al turrón!

Pues lo primero que hice fue sacarme el perfil de los lekkus en cartón y plantarlos en una cabeza de corcho con pegamento termofusible. Los hice de unos 55cm de largo, ya que quería que me llegasen más o menos por la cintura.

Si queréis asegurarlos mejor, podéis embutirlos en una tubería de PVC o en algo similar e incrustarlos en la cabeza de corcho. Digo esto porque los primeros lekkus que hicimos se soltaron al desmoldar el látex la primera vez. Pero, bueno, como iba con prisas no me lo curré mucho.

Una vez afianzados los cubrí con espuma de poliuretano. Para esto lo mejor es tener a mano un difusor con agua y esparcir un poco por la superficie para que se pegue mejor y, posteriormente echar un poco sobre la espuma ya puesta para que se expanda más fácilmente.

Y ya sabéis que la espuma expansiva no puede ponerse en contacto con la piel bajo ningún concepto mientras está húmeda. No la lieis como esta señora.

Dejé secar el mejunje durante unas horas.

Después de esta primera pasada de espuma, fui cortando la forma preliminar de los lekkus con ayuda de un cutter. Después de cortar el material sobrante, apliqué otra pasada de espuma en algunas zonas que habían quedado con orificios y volví a cortar para darles la forma final.

Con la forma ya preparada, lijé los lekkus con lija de grano 40 para darles una forma más redondeada y los embadurné en Aguaplast. Os recomiendo que uséis la masilla de esta marca porque para los lekkus grandes utilizamos primero otra que venden en el Bricomart y nos fue fatal, la espuma la absorbía como una esponja. Sin embargo el Aguaplast tiene muy buena consistencia y se queda cubriendo la superficie rellenando todas las imperfecciones de maravilla. En total gasté 6 tubos.

No hace falta que esta capa de masilla quede perfecta porque luego vendrán unas cuantas más para ir perfeccionando. En principio lo que hay que hacer es tratar de rellenar  los huecos que haya dejado la espuma y crear una primera capa base.

Dejé pasar unas horas para que se secara bien y entonces le di un buen repaso con la lijadora eléctrica y con la herramienta rotativa para ir lo más rápido posible. Utilicé recambios de grano 60 para esta tarea.

Las zonas más complicadas las lijé a mano.

Como veis, el resultado aún estaba lejos de la homogeneidad, conque me tocó enmasillar y lijar un par de veces más.

Cuando ya conseguí una superficie más o menos lisa y sin agujeros muy marcados, la empecé a afinar poniendo masilla sólo donde hacía falta y utilizando lijas de grano cada vez más fino. De grano 60 pasé al 80, luego al 100 y, finalmente le di un repaso con la de 150.

Según mi experiencia, conseguir una superficie lisa a base de enmasillar es casi imposible o requiere muchísimas capas y muchísima paciencia. Así que, cuando ya estuvo todo más o menos regular, con imperfecciones muy finas, le di un par de capas de cola blanca para terminarlas de rellenar y conseguir un aspecto un poquito más liso.

Realmente, no me importa que los lekkus no queden perfectamente lisos porque son una estructura orgánica y tampoco tendría mucho sentido que fueran perfectos. Serían como el culo de Kim Kardashian, que no se ve natural. No querría parecer una twi’lek operada que no asume el paso del tiempo y la celulitis en sus lekkus.

Siempre me he preguntado si las twi’leks mayores tienen celulitis en la cabeza.

También unté los lekkus boca abajo para que la cola se depositara bien en las imperfecciones de los recovecos. Así dejé que la gravedad hiciera su trabajo.

Bueno, con esto ya estaba el molde terminado e iba llegando la hora de cubrirlo con látex. Yo siempre le había tenido mucho respeto a este producto y la verdad es que es muy fácil de utilizar. Eso sí: huele horrorosamente mal a amoniaco. Es tremendo. Así que hay que utilizarlo en una zona bien ventilada y ponerse guantes y mascarilla. Y, aun así, os llorarán los ojos al aplicarlo porque es la muerte en bote.

Antes de nada, cubrí los lekkus con una capita fina de spray desmoldante para que fuera más fácil sacarlos de ahí. El látex se aplica tal cual viene, no hace falta mezclarlo con ningún producto y seca al aire. Yo sólo lo mezclé con colorante para que fueran azulitos, aunque este paso no es imprescindible.

Esa es otra: el colorante se ve muchísimo más oscuro al secarse que en la mezcla original y, además, el látex seca en un tono ligeramente amarillento. Así que tened esto en cuenta a la hora de hacer las mezclas de color.

Comencé a esparcir el látex con una brocha. Las dos primeras capas no se adhieren perfectamente, pero no pasa nada porque de ahí en adelante va todo rodado. Y no importa si quedan vetas al aplicarlo porque se queda con la textura que hemos dejado en el molde.

Después de las primeras dos capas, apliqué seis más un poco más a lo bestia aprovechando la adherencia del producto, con el pincel muy cargado y a toquecitos para tratar de que cada capa fuera lo más gruesa y cubriente posible.

La diferencia de color entre las capas secas y la húmeda es notable.

En total apliqué ocho capas de látex dejando una o dos horas entre cada una para que se secase bien. Como he dicho antes, el látex seca al aire y también seca mejor cuanto más calor haga. Por eso después de cada aplicación le daba un buen golpe de calor con el secador de pelo y lo dejaba al lado del radidador.

Y ya sólo faltaba desmoldar. Para evitar que el látex se pegase a sí mismo, esparcí polvos de talco por toda su superficie. Me costó un poco sacarlos, sobre todo en el nacimiento de los lekkus porque la estructura es más ancha por esa zona. Pero bueno, tirando suavemente y con paciencia salen bien. ¡Y éstos no se me rompieron!

No lo he dicho antes pero ya os habréis imaginado que la parte visible de los lekkus es la que toca con el molde. Por eso es tan importante dejarla lo más lisa posible y no importan los chorretones que salgan al aplicarlo porque se le va a dar la vuelta.

Es como quitar unos pantalones muy apretadosIt’s like taking off a really tight pair of pants.

Obviamente, no pueden quedarse chuchuníos y blandurrios, así que los rellené con guata.

¡¡¡Tadaaaaaa!!! Un bonito par de lekkus.

Otra característica buena del látex es que se puede pintar con acrílicos. Ya los dejé más o menos con un color base  utilizando los tintes, pero quise matizarlos y ponerles algunas marcas para que lucieran más molongos. Para eso utilicé el aerógrafo con el color del maquillaje que iba a ponerme como referencia y me hice una plantilla con un patrón a mi gusto.

Mis pinturas favoritas para pintar con arógrafo son las Tamiya acrylics junto con su disolvente X-20A. Son una maravilla y los botes son pequeños, pero junto con el disolvente cunden bastante.

Primero pinté el color base. Después hice las marcas con un color más oscuro y maticé las puntas con uno más claro.

Me hice los lekkus californianos.

Para sujetarlos bien a la cabeza les puse unos clips u horquillas pequeñas de estas con forma de peineta en el interior pegadas con el mismo látex. No lo hagáis, duele.

Apliqué algo de látex en la parte de la nuca e hice un pliegue a modo de pinza para que me quedase más ajustadito. Lo dejé secar apretando con una pinza para que quedase bien pegado.

Para sujetarlos mejor, utilicé Pros-aide, un pegamento para la piel. Existe en versión líquida, que es la normal y en crema, que rellena y disimula mejor el reborde del látex.

Para los lekkus sólo usé el normal porque el nacimiento de los lekkus va tapado por la diadema. La crema la usaré para cuando me haga a la asari.

¡¡Y ya está!! Espero que os haya servido. Como siempre, no dudéis en preguntarme en los comentarios o por las redes sociales.

*Algunos me habéis preguntado si con esta misma técnica se podrían hacer cabezas de togruta con sus montrals y tal. No veo por qué no. Sólo hay que sacar los perfiles de los volúmenes en cartón para tener una referencia al cortar y darle caña. A lo mejor hay que destruir el molde para sacarlo porque abulta muchñisimo, pero imposible no es.

¡Gracias por leer!

3 comentarios en “Cómo hacer unos lekkus de látex”

    1. En partes que sufren tensiones como la unión de los lekkus con la cabeza se resquebraja un poquito, pero muy poquito. El resto de la pieza está intacta 🙂

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